El Banco Mundial retira su ayuda financiera al petróleo de Chad

2011-12-23 12:43

El Banco Mundial retira su ayuda financiera al petróleo de Chad

 

El Gobierno se gasta el dinero en la guerra y no en luchar contra la pobreza.

BRU ROVIRA  - Barcelona

Se frustra la esperanza de utilizar los recursos naturales para crear riqueza social.

El Banco Mundial ha suspendido la ayuda financiera destinada a las infraestructuras petroleras en Chad, país al que acusa de incumplir los acuerdos del año 2000 que le obligaban a utilizar el beneficio del petróleo en la lucha contra la pobreza.

Esta drástica decisión significa el final del esperanzador proyecto de convertir el petróleo en un bien para la población y evitar la maldición que asocia la explotación de los recursos naturales en África a la corrupción, el expolio, la guerra y el aumento de la pobreza.

Precisamente para evitar esta situación que se conoce como paradoja de la abundancia o maldición de los recursos, cuando el Banco Mundial decidió apoyar el negocio del petróleo en Chad, elaboró un proyecto único en el género - muy valorado en su momento por los países occidentales y las organizaciones civiles-, según el cual el dinero que el país ingresaría gracias a esta riqueza oculta bajo la tierra debía utilizarse obligatoriamente en el desarrollo del país, concretamente en proyectos de educación, sanidad, servicios sociales, desarrollo rural, infraestructura, medio ambiente y agua, controlados por un consejo representativo de la sociedad.

Este proyecto, conocido como Ley 001, suponía un muy buen negocio para el principal inversor extranjero - la compañía texana ExxonMobil, que se queda con el 87,5% de los beneficios-, pero permitía que, al menos, los chadianos contaran con el 12,5% de la fortuna que, de momento, generan 200.000 barriles diarios en uno de los países más pobres del mundo.

Lo que pasó, en realidad, es que el primer dinero que recibió el Gobierno de Chad - a través de un complicado mecanismo de control del Banco Mundial que hacía depositarlo a la compañía norteamericana en un banco de Londres-, en vez de utilizarse para luchar contra la pobreza, fue destinado a comprar armas y atender la guerra que vive el país en el contexto de la guerra de Darfur y el conflicto con Sudán.

Amparándose en la necesidad de "la defensa nacional", el Gobierno decidió modificar en el 2006 la Ley 001, extendiendo el uso del dinero del petróleo a la "seguridad del Estado" y "la administración del territorio", es decir, a la guerra y a los gastos del funcionariado.

El Banco Mundial tuvo entonces un fuerte enfrentamiento y congeló los depósitos en el banco de Londres, pero los intereses occidentales sobre el petróleo - la amenaza de que los nuevos inversores podían ser los chinos no es ninguna tontería- hizo que los organismos internacionales se plegaran al presidente Deby, el cual no ha desperdiciado la oportunidad de reforzar su "reconocimiento" internacional con el caso de "secuestro" de niños conocido como El Arca de Zoé y las necesidades europeas - especialmente de Francia- de controlar desde Chad las fuerzas de paz de la Unión Europea destinadas a pacificar Darfur.

Hasta el momento, del dinero destinado que debía ser para la sociedad sólo ha llegado el 15%; el resto, ha sido para el Gobierno y la guerra. La retirada del Banco Mundial destruye el control político que permitía el arbitraje del Banco Mundial apoyando a la sociedad civil.

Las compañías extranjeras y el Gobierno, liberados de compromisos con la sociedad, tienen ahora libertad para concretar una nueva relación de intereses. Existen pocas dudas sobre sus prioridades: para Deby, se trata de pagar la guerra y mantener sus privilegios y los de los suyos; para las compañías extranjeras, continuar el negocio sin más compromisos.

 

Bru Rovira, La Vanguardia, Setembre 2008

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